lunes, 22 de enero de 2007

El CONTRABAJO Y EL ARCO

Trabajo realizado por Miguel Ángel Aranda de 2º Curso de Grado Elemental

El CONTRABAJO Y EL ARCO

El contrabajo es un instrumento musical de la familia de las cuerdas, de voluminoso tamaño. Tiene generalmente cuatro cuerdas, afinadas por cuartas ascendentes, (MI-LA-RE-SOL, desde la 4ª

cuerda, más grave, a la 1ª, más aguda), aunque también los hay de cinco, en los que la quinta cuerda se afina en un DO o SI más grave que la cuarta cuerda.

Sus orígenes se remontan al siglo XVI. Sin embargo, hasta el siglo XIX no adoptó la forma y las características actuales. También durante ese siglo se incorporó definitivamente a la orquesta, en la que desempeñaba un papel secundario: reforzaba la parte del violonchelo. A pesar de todo, a finales del siglo XVIII y durante todo el siglo siguiente algunos compositores depositaron su confianza en el instrumento, que se fue ganando el respeto de músicos y público.

En los siglos XVIII y XIX coexistieron tres bajos de cuerda (a menudo afinados en la2,re3 y sol3), que sobreviven en la música folclórica de la Europa del este. Las orquestas de baile modernas añaden una cuerda aguda a los contrabajos, afinada en do3. Hasta el siglo XIX los contrabajistas usaron arcos con la vara curvada hacia afuera en relación con el encerdado ; mucho después de que fuera normal el arco curvado hacia dentro en el violín, la viola y el violonchelo. El arco antiguo sigue en uso junto a los arcos modernos desarrollados en el siglo XIX. Entre los virtuosos del contrabajo debemos incluir al italiano Domenico Dragonetti, autor de conciertos, sonatas y diversas reducciones para el instrumento al director ruso Sergei Koussevitzki, que también ha escrito para contrabajo, y al contrabajista de jazz, también estadounidense, Charles Mingus.

INTERPRETACIÖN

La música para contrabajo se escribe en clave de fa. Para facilitar la lectura, las notas se escriben una octava más aguda de su sonido real.

El contrabajo es un instrumento de cuerda frotada, lo cual quiere decir que necesita un arco que, por contacto, hace sonar las cuerdas. No hay ningún indicio de la existencia en Europa Occidental de instrumentos de cuerda frotada en la antigüedad, lo cual ha hecho suponer a los expertos que el arco fue importado de Asia e introducido en Europa quizá por los árabes, aunque no se descarta la posibilidad de que surgiera en varias latitudes al mismo tiempo.

El arco alemán fue popularizado por el austriaco Franz Simandl en el siglo XIX.

A pesar de lo que podía parecer dadas las dimensiones del instrumento, el arco propio del contrabajo es más corto que el utilizado para las violas y los violines: mide entre 70 y

72 cm. La varilla es generalmente de madera de pernambuco y las cerdas de crin de caballo.

La profundidad que caracteriza al instrumento adquiere un matiz áspero al utilizar el arco, lo que permite conseguir peculiares efectos sonoros de los que compositores de todas las épocas han sabido sacar buen partido: truenos, el pesado caminar de un elefante, situaciones misteriosas, inquietud, pero también dulzura y lirismo. Las posibilidades tímbricas del contrabajo son infinitas.

Considerado como un chelo alto que permite otorgar más profundidad a los mismos registros, en la actualidad se asiste a un renacimiento del contrabajo. La producción musical dedicada a este instrumento adquirió, en el sigloXX, una importancia sin precedentes que indujo a la introducción de ciertas modificaciones que han llegado hasta la actualidad. Así, existen todavía contrabajos de cinco cuerdas-en la orquesta sinfónica- impuesto por las exigencias de la música wagneriana.

EL ARCO

Es una de las partes más importantes de estos instrumentos, ya que roza directamente con las cuerdas produciendo el sonido.

Está formado por una varilla delgada y flexible, en sus extremos se tensan crines de caballo (o hebras de nylon) que se frotan con resina para que no resbale por la cuerda.

El tamaño de arco varía según el instrumento. El arco del contrabajo es el más corto y pesado, mientras que el del violín es más largo, más ligero y tiene las crines más delgadas.

A veces los interpretes tocan con los dedos. A esta técnica se le llama “PIZZICATO”.